Fuera de radar


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Golpista y cobarde

Por Antulio Rosales

En pocas horas ya se ha dicho bastante. Se les cayó la careta. Amaneció en dictadura. Se cerró la última ventana democrática que quedaba.

Con la displicencia que sienten los déspotas por la soberanía popular, el gobierno anuló el Referendo Revocatorio por la vía de tribunales inferiores. Los gobernadores acólitos, esos cuyo mandato fue extendido de manera espuria hace apenas unos días, fueron los encargados de liderar la jugada. En simultáneo, militarizan la autopista Caracas-La Guaira y prohíben la salida del país de unos cuantos líderes de la oposición.

El Presidente devenido dictador se fue antes de todo eso. Salió con la excusa de ir en tour relámpago (¡de cuatro días!) a seguir buscando el anhelado aumento de los precios del petróleo. Como si hubiera sido exitoso en esa empresa los últimos meses. Escogió irse ayer y cuando su avión estuviera cruzando el Atlántico, actuaron los poderes públicos coordinados y bajo órdenes centrales. Actúan con la indolencia que alguna vez tuvieron otros tiranos nacionales. Pero este tiene una característica especial: es un cobarde. Dejó preparado el terreno para truncar la participación popular y no asumió su parte. Lo asomó preguntando en asamblea coreografiada si los presentes estarían dispuestos a volver a perder una elección. La negativa efectiva se la dejó a otros, que actuaron escondidos en tuits y notas de prensa. La doctora Lucena no mostró su cara. Los gobernadores llevaron su demanda fraudulenta a 140 caracteres y Maduro campante se fue a Medio Oriente a buscar nuevos acuerdos dejando la estela militar entre Plaza Sucre y Maiquetía.

Este aventurero golpista decidió no asumir su responsabilidad, vaya forma de traicionar el legado.

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Militarismo y Arco Minero: el camino minado al revocatorio

Por Antulio Rosales

Uno de los más reconocidos intelectuales de izquierda en Venezuela, Edgardo Lander, en junio pasado analizaba la crisis que vive el país y la peligrosa actitud del Consejo Nacional Electoral (CNE) y el gobierno nacional frente a la solicitud de un Referendo Revocatorio. Decía Lander “Desde un punto de vista constitucional, sería tan grave que el gobierno impidiese la realización de un referendo revocatorio que haya cumplido con todos los requisitos legalmente establecidos, como lo sería impedir la realización de una elección para mantenerse en el poder. Por ello, si el gobierno, en forma ilegítima, bloquease la realización del referendo revocatorio en el año 2016, estaría rompiendo el hilo constitucional”.

La rectora Tibisay Lucena confirmó hace poco, gracias al uso acomodaticio de los lapsos establecidos en las normas electorales, que el CNE no organizará un eventual referendo revocatorio antes del 11 de enero de 2017. El órgano electoral demostró que en efecto ejecuta políticas determinadas por el gobierno, dándole la posibilidad de manejar su propia transición y evadiendo la consulta popular que podría legítimamente sacar al PSUV del poder. Lucena, en un ejercicio de proyección, habló del aparente descrédito que llevan adelante algunos “actores políticos” al proceso, como si se tratara del esfuerzo propio: “se busca una aplicación interesada de la norma que atenta contra la seguridad jurídica y técnica y pone en peligro la seguridad y que el proceso sea vulnerado. Cuando se actúa de esta manera, podemos asegurar que se está golpeando el Estado de derecho en su conjunto”.

La negativa del gobierno a la consulta popular para dirimir la diatriba política atenta contra la democracia y pone al país en riesgo de sumergirse en violencia generalizada. Eso no es todo, tiene como correlato el rechazo de la clase dirigente a tomar cualquier medida que permita ya no salir de la crisis económica, pero al menos palearla.

Su única carta bajo la manga, su única política económica es controlar más los procesos productivos y someter al 12% del territorio a la más grande campaña de extracción minera que haya vivido Venezuela, en el contexto de un estado de excepción que inhabilita cualquier protesta, denuncia y crítica. Se unen el autoritarismo ramplón y el extractivismo descarado.

En el más reciente anuncio de proyectos de inversión en el Arco Minero del Orinoco (AMO), Nicolás Maduro presentó acuerdos con empresas extranjeras desconocidas por la sociedad. Son igualmente desconocidos los mecanismos de adjudicación de esas concesiones. Maduro aseguró el carácter “ecológico” y “soberano” del proyecto, sin ningún estudio de evaluación ambiental que lo avale, sin alguna consulta significativa con las comunidades afectadas por la iniciativa. Eso sí, atinó a etiquetar de traidores a aquellos que critican el AMO e incluso a denunciar, nuevamente sin pruebas, de estar financiados por las mafias de la minería ilegal.

No obstante, es precisamente la empresa militar CAMIMPEG una de las entidades nacionales autorizadas a formar parte de los trabajos de exploración y extracción. Se organiza el territorio del AMO alrededor de distritos militares, bajo el mando del Ministro de la Defensa, para darle coherencia con la tónica de gobierno marcial que ha impulsado Maduro en las últimas semanas, cuando al gabinete se ha subordinado a las órdenes del Ministro. Padrino López decidirá la jerarquía militar que garantizará la defensa del territorio y, evidentemente, del negocio que compartirán militares, inversionistas extranjeros y el resto del Estado. A eso es a lo que el gobierno llama “trascender el rentismo petrolero”.

El cierre de espacios en la democracia y el avance avasallante del Arco Minero se van encontrando en alianzas puntuales, desde un pronunciamiento de la Asamblea Nacional contra el AMO hasta la solicitud de miembros de la plataforma contra el Arco Minero para que el CNE permita el proceso del Referendo Revocatorio. De esa demanda salió la expulsión de Esteban Emilio Mosonyi, Edgardo Lander y Santiago Arconada del Consejo Rectoral de la Universidad Nacional Experimental Indígena del Tauca. Esta no solo fue una muestra más de la intolerancia gubernamental, fue sobre todo un aviso a los distintos sectores insatisfechos del chavismo para que cierren filas y mantengan la disciplina. Aún así, alrededor del AMO se está gestando un proceso social autónomo y de base en resistencia.

La ruptura del hilo constitucional implica en la actualidad una mezcla tóxica de facciones burocratizadas y enquistadas en los distintos poderes públicos y una jerarquía política a merced de la fuerza armada que asegura negocios de extracción e incrementa su poder con total impunidad. La tenaza institucional asfixia las iniciativas electorales y criminaliza aún más la disidencia, marginando sectores sociales hasta hace poco aliados. Ese control vertical y militarista genera incentivos para que nuevos grupos de chavistas desilusionados se distancien todavía más del gobierno de Maduro—un gobierno que en la actualidad se sostiene únicamente por la fuerza y la arbitrariedad—y se incorporen a la demanda del Referendo tal y como lo determina la Constitución.

Noalarcominero

Protesta contra el AMO frente al Ministerio de Finanzas


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Una piedra en el estómago

Por Antulio Rosales

Los pasos lentos de esa señora no me dejan dormir. En un lugar donde una cola se puede convertir en un ataja-perros, con armas incluidas y golpes mortales, ella y otras más se cuestionan si vale la pena buscar comida o medicinas a cambio de la tranquilidad.

En estos días de violenta escasez retumban los informes de saqueos y caos urbano en focos dispersos por todo el país. En simultáneo, el país optimista, politizado o no, reporta redes de solidaridad que irrumpen con una racionalidad difícil de reconocer. Puede que sea ingenua o simplemente sensible, pero lo cierto es que esa racionalidad está ahí. Hay destellos de familiares que buscan medicamentos que otros necesitan. Están los que llevan a las abuelas a hacer compras necesarias.

Unos empujados por la desesperación se ven obligados a rescatar tradiciones para resolver la cotidianidad. Algunos pedantes con voz de vanguardia celebran el hecho. En el fondo siempre quisieron que esto llegara hasta ahí. Arepas de maíz pilado, cosméticos hechos en casa, o la agricultura desde el balcón se convierten en estandartes de lucha y en romance de la tradición-revolución-pobreza.

Bachacos

Bachacos, tomado de islandiacarvan

El paso de la abuela seguirá lento. Los huesos frágiles no se harán más fuertes con los tomates organo-balcónicos. El medicamento de la enfermedad crónica debe llegar. Los niños con epilepsia no pueden esperar. La voluntad transformadora no puede con todo, ni está tan solo enfrentando una batalla de ideales con seres minúsculos, reducidos a insectos contrabandistas. Esos “bachacos” no son la causa sino un síntoma del problema. Para buscar culpables, basta con recordar al ministro que no hacía colas por razones de seguridad, al diputado que hoy es capaz de costearse demandas por difamación en Nueva York, a la pareja que le paga bufete de abogados caros a los sobrinos en problemas, al país socio que revende el petróleo que compró barato a precio de mercado. Así surgió el bachaqueo contemporáneo.

Fajarse a hacer arepas de maíz pilado indica mucho más que un recurso de imaginación. La señora pobre que alimenta a una docena de personas con ese montón de trabajo, no tiene tiempo que perder. No puede hacerlo todo, ni obtener todo lo que necesita. La voluntad es insuficiente y se termina traduciendo en el mensaje que escuchamos ya con más frecuencia: “no como desde ayer”. Hasta ahí llega el romance.

La pelea por acceso a la comida revela que la crisis es dramática y que el poder ha decidido invalidar el ejercicio ciudadano y con ello busca allanar el camino a la violencia. Esa es la única vía de escape y el gobierno confía en que ese es el camino que le favorece, en el que se mantendrá en pie, a duras penas. No es casual que extienda, ignore y obstaculice el proceso democrático en simultáneo con la puesta en marcha de mecanismos perversos para racionar lo poco que hay.

La hipocresía de quienes dicen estar con la paz resulta pasmosa. Es la paz de los hambrientos. La paz de la manipulación más básica. Toma tu bolsa de comida a cambio de retirar tu firma. ¿Militas en la revolución? Algo te llegará a tu puerta. Una bolsa de comida de vez en cuando no garantizará la paz, ni ganará adeptos para la revolución, solo quizás administrará la crisis y dosificará la violencia que es cotidiana. La descentralizará del abasto al vecino, del supermercado al vecindario. La violencia no es solo la piedra contra la vidriera, la violencia es diaria y está en el estómago de la gente.


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Deuda a referéndum: la odiosa comparación de Venezuela y Grecia

Por Antulio Rosales

Nicolás Maduro anunció en su discurso del 5 de julio que se siente inspirado a seguir el modelo de Grecia. Quizás desconociendo la situación griega o la venezolana, o ambas, el Presidente y otros comentaristas pretenden comparar el ambiente económico de los dos países.

Austeridad

Austeridad

En Grecia no hubo un referéndum acerca del deseo o no de pagar la deuda adquirida, se trataba rechazar las condiciones de austeridad impuestas por los acreedores. Estas condiciones hacen imposible que la economía griega crezca y por ende imposibilitan el pago. Eso lo dicen economistas de distintas corrientes. En eso insiste el gobierno griego, se necesita condonación de parte de esa deuda y dejar que Grecia apunte a un programa expansivo para crecer y poder pagar.

Venezuela ha adquirido deuda tanto en los mercados financieros como en China, Rusia y otros países emergentes. Sigue pagando su deuda y no ha refrendado con la población las condiciones a través de los cuales estos préstamos son adquiridos. Venezuela, además, es un importante acreedor de otros países del hemisferio occidental. Las relajadas condiciones de estos préstamos contrastan en gran medida con los que adquiere el país, y esto tampoco ha sido consultado con la población.

Dadas las circunstancias críticas de la economía, algunos economistas venezolanos en el norte han planteado incluso que resultaba moralmente plausible declararse en bancarrota. A esto, el propio Maduro respondió denunciando a estos analistas como traidores a la patria. Por ello resulta extraño que una posible moratoria griega pueda ser un ejemplo a seguir, se trataría justamente de aplicar las recomendaciones de Ricardo Hausmann, el más conspicuo de los “traidores” antes mencionados. Lo cierto es que una cesación de pagos será posible si el gobierno sigue negándose a tomar cualquier decisión que permita enfrentar la crisis y se encuentre sin reservas, con hiperinflación y más escasez, un camino que parece estar empeñado a recorrer. Hasta ahora, sin embargo, solo mantienen esfuerzos en conseguir más préstamos provenientes de China y Medio Oriente al tiempo que se permiten emitir más bonos en los mercados financieros pagando altísimos intereses.

Pasa inadvertido en la discusión pública nacional, pero lejos de detener el endeudamiento, el gobierno lo impulsa. Y lo que es más importante: recibe pagos a los cómodos créditos que otorga en América Latina y el Caribe con descuentos que ya soñaría recibir algún día de Wall Street o de China. En un contexto de bajos ingresos en divisas, el gobierno se ha conformado con el pago de menos de la mitad de la deuda dominicana y el 60% de la deuda uruguaya, que será cancelada parcialmente en especies.

Cola de la resaca. Tomado de Caracas Caos, foto de Globovisión.

Cola de la resaca. Tomado de Caracas Caos, foto de Globovisión.

Todo ello, en un contexto en el cual Venezuela sufre la resaca de una histórica década de gasto exorbitante, no precisamente de austeridad asfixiante. La situación griega es incomparable con el contexto actual venezolano, incluso si ambos se encontraran en un punto cercano de cesación de pagos. Para que haya un referéndum en Venezuela, primero tendrían que ser públicas las condiciones bajo las cuales el gobierno adquiere su deuda con China o tendría que ser de conocimiento público los descuentos que ofrece Venezuela a sus deudores. En efecto valdría la pena someter a voto popular esas condiciones y quizás ahí surjan inesperadas coincidencias con Grecia.